Siempre se ha comido integral, integral significa simplemente completo, íntegro, algo que no está fragmentado ni dividido.
El ser humano siempre ha comido los alimentos íntegros, esto es, en base a su estructura biológica y su parte comestible.
Los cereales han sido, tradicionalmente, la base de la alimentación de los grupos humanos desde el momento en que empezaron a asentarse, vivir en comunidad y cultivar.
Los granos se cultivaban, se recolectaban y retirando la parte no comestible, servían de alimento. Al comer un grano completo se aprovechaba todo su valor nutritivo, así como se preservaba la capacidad del grano de germinar y crear nuevas plantas. Esto ha sido así en todas las culturas, desde los romanos y griegos hasta la edad media y el inicio del capitalismo.
Los alimentos tienen relación con la época y el lugar, lo que en un tiempo podía parecer normal en otro puede resultar extravagante. Quiere decir esto que, todo cambia, pero lo que ayuda a clarificar algo es la comprensión de por qué, por qué ocurre algo y cuál es la causa subyacente, el motivo de que las cosas sean así.
Hasta el siglo XIX todos los cereales y alimentos hechos de cereales sólo usaban el grano completo.
Ocurrió que, cuando en Inglaterra se empezó a trasladar el grano en tren a otros pueblos y ciudades, la harina integral y el cereal integral tendía a estropearse (debido al alto contenido de grasa del germen). Es entonces cuando se produce un descubrimiento revolucionario, si se elimina el germen (la parte externa) el grano aguanta más y es más rentable.
A partir de aquí se empezó a refinar los cereales, por un motivo estrictamente económico, sin tener en cuenta las cualidades energéticas y vitales del germen.
Ocurre que en el germen, la parte del grano entero que se elimina en el proceso de refinamiento y fragmentación, se encuentra toda la riqueza nutritiva:
· Vitaminas del grupo B, esenciales para el sistema nervioso
· Minerales, coadyugantes de funciones básicas del organismo
· Grasas poliinsaturadas, importantes para la estabilidad nerviosa y emocional, el equilibrio hormonal y la condición de la piel
· Fibra, comunmente llamada salvado o afrecho, la parte no digerible que facilita el tránsito intestinal, ayudando a regenerar la flora intestinal, favoreciendo la eliminación de estrógenos, de colesterol y grasas inadecuadas y potenciando la evacuación.
Mientras tanto, la parte interna que queda del cereal al refinarlo, contiene sólo albúmen y una pequeña cantidad de proteína, por lo que el cereal refinado sirve para llenar la tripa y poco más.
Es, por esto, que comer integral no es una cuestión de estar a dieta o estar enfermo o una moda, es, simplemente recuperar lo que la humanidad ha hecho siempre.
Un grano integral posee todo su germen y tiene la capacidad per se de crear vida mientras un grano refinado no. Si comemos para llenarnos o para saciar el hambre el cereal refinado es la respuesta, pero si además comemos para tener más vitalidad, para aumentar nuestra energía, mejorar nuestras defensas y, especialmente, fortalecer nuestro sistema nervioso, es primordial comer integral.
En la actualidad con el ritmo frenético de vida y el estrés circundante tendemos a debilitar el sistema nervioso, por lo que comer integral es garantía de fortalecer las neuronas.
Comer hoy día alimentos integrales, requiere aprender a elegir alimentos de calidad, evitando aquellos que, por moda, se ofrecen como pseudointegrales e idealmente, eligiendo aquellos que proceden de cultivos sin productos químicos.
De hecho, hay, al menos, tres factores esenciales por los que resulta indispensable comer integral:
· En primer lugar, debido al ritmo frenético de vida y al estrés circundante el sistema nervioso tiende a debilitarse, por lo que comer granos completos ayuda, en gran medida, a fortalecer y estabilizar el sistema nervioso. Podríamos decir que cualquier persona que, exclusivamente, coma cereales refinados a lo largo de su vida, más tarde o temprano, tendrá una alta probabilidad de desarrollar una carencia del sistema nervioso durante su existencia
· En segundo lugar, uno de los grandes problemas de la civilización moderna es el desarrollo de enfermedades cardiovasculares fundamentalmente por el alto consumo de grasas inadecuadas (saturadas). Comer integral ayuda a aumentar la presencia de grasas insaturadas, lo cual mejora la salud cardiovascular y, paralelamente, ayuda a contrarrestar uno de los mayores problemas con los que nos enfrentaremos en los países desarrollados durante los próximos años, los desequilibrios hormonales, favoreciendo la estabilidad hormonal
· Y en tercer lugar, la característica principal de la condición humana actual es la fragmentación, hay incapacidad para crear cohesión, para perseverar, para empezar y terminar algo, para llevar adelante los propósitos, para encontrar el propio camino vital. Todo lo que nos rodea y la evolución social gira en torno a la división: el aislamiento de las personas, la falta de comunicación, la dispersión, la falta de una comprensión global del ser humano en la salud, la nutrición, la filosofía o la ciencia, la separación entre mente y cuerpo, entre lo físico y lo anímico, etc. todo lo cual nos hace estar, sentir y vivir permanentemente fragmentados, especialmente con nosotros mismos, lo cual es, en la actualidad, la principal fuente de insatisfacción de la población.
Por todo esto, empezar a comer alimentos completos, aprovechando toda su integridad y su esencia vital es uno de los pasos más efectivos para recuperar la integridad y la cohesión interna como personas.
La Catalina, agrega a este artículo que, claramente, si además de ser integral, el producto fue tratado sin fertilizantes, tratado con respeto y amor, desde sus comienzos hasta nuestra mesa, hace que el alimento sea óptimo a la hora de pensar en nutrientes y bienestar físico.
La Catalina, agrega a este artículo que, claramente, si además de ser integral, el producto fue tratado sin fertilizantes, tratado con respeto y amor, desde sus comienzos hasta nuestra mesa, hace que el alimento sea óptimo a la hora de pensar en nutrientes y bienestar físico.
Quínoa y Amaranto
Hoy LA CATALINA te presenta uno de los cereales más importantes a consumir en la dieta diaria: LA QUINOA. Es de un sabor riquísimo tanto cruda como cocida. Su versatilidad la vuelve uno de los cereales más fáciles de consumir a la hora de pensar en un almuerzo o una cena.
Aquí un poquito de información:
Tanto la quínoa como el amaranto, están considerados cereales sagrados
A partir de estudios y recomendaciones provenientes de Europa y Estados Unidos, comienza a revalorizarse entre nosotros la importancia de la quínoa y el amaranto en la alimentación. Sin embargo aún pocos conocen el gran valor nutricional de estos granos, que llegaron a ser sagrados para las civilizaciones inca y azteca.
La FAO (Naciones Unidas) declaró que “la quínoa posee el balance de proteínas y nutrientes más cercano al ideal de alimento para el ser humano”. Por su parte la NASA eligió a la quínoa como el alimento nutritivo por excelencia para los viajes espaciales, teniendo en cuenta que por sí sola puede proveer una dieta balanceada. Irónicamente son ahora europeos y estadounidenses quienes nos enseñan como consumir los granos bases de las civilizaciones madres latinoamericanas!!!
La quínoa (Chenopodium quínoa) y el amaranto (Amaranthus lividus) no son en realidad cereales, sino que pertenecen a otra rama botánica (quenopodiáceas) que incluye a verduras como la acelga y la espinaca. Sin embargo -y a pesar que sus hojas tiernas son también utilizadas en alimentación- son sus semillas las que despiertan gran interés nutricional a causa de estudios que demuestran el gran potencial proteico.
CARACTERISTICAS NUTRICIONALES
Quínoa y amaranto tienen una composición mucho más equilibrada que los cereales convencionales y sobre todo mayor cantidad y calidad de proteínas. Ambas semillas poseen similar composición, razón por la cual las consideramos en conjunto. Más allá de poseer un 18% de proteínas contra un 10-14% de los cereales convencionales, lo que importa es el valor biológico de estas proteínas. Este índice se define en base a la presencia de los distintos aminoácidos que permiten construir las proteínas, que luego son utilizadas por el organismo. El valor más alto (95) corresponde al huevo y significa que cada 100g de proteínas ingeridas, 95 son asimiladas.
Para la quínoa el índice es 75, considerado alto si lo comparamos con la carne (60), la leche (72), el trigo (60) y el maíz (44). La explicación de este elevado valor biológico tiene que ver con su equilibrada composición de aminoácidos esenciales. Los cereales clásicos tienen carencias de lisina, metionina y cisteína, punto fuerte de estos granos. Por ejemplo, la quínoa tiene 5 veces más lisina y más del doble de metionina que el trigo. Sus valores son muy parecidos a los de la leche; de allí su índice similar. Tanto la quínoa como el amaranto no tienen gluten, razón por la cual pueden ser consumidas por celíacos.
Esta calidad de aminoácidos favorece incluso el aprovechamiento proteico de los cereales convencionales cuando se consumen juntos. En su intuitiva sabiduría, es lo que hacían mayas y aztecas, combinando estos granos con maíz. La explicación de esta calidad proteica reside en la gran cantidad de germen que posee la semilla. En la quínoa el germen representa un 30% del peso total del grano, mientras que en cereales convencionales es apenas el 1%.
Pero no solo en proteínas son fuertes la quínoa y el amaranto. Son también pobres en grasas y más ricos en hierro, calcio, fósforo, fibra y vitamina E, con respecto a los cereales clásicos. También poseen apreciable cantidad de vitaminas del grupo B. Agregar un 30% de quínoa a una dieta totalmente carente de vitamina B, basta para garantizar un desarrollo orgánico normal. Quínoa y amaranto son pues alimentos adecuados para celíacos, diabéticos, regímenes hipocalóricos, niños, adolescentes, ancianos y convalecientes.
USOS Y APLICACIONES
Ambos granos son de cocción rápida y poseen un sabor suave y agradable, similar al mijo, aunque de textura más crocante. Como otros cereales, se benefician de un ligero tostado previo, pero en el caso del amaranto debemos ser cuidadosos. Este grano tiene un comportamiento similar al maíz pisingallo, es decir que explota y se convierte en grano inflado.
Asímismo se pueden germinar muy fácilmente, proceso que evita la cocción y la destrucción de nutrientes termosensibles (vitaminas, enzimas, etc).
La Catalina no trabaja con amaranto, dado el daño que produce en la tierra todo el proceso de cosecha. Sí estamos de acuerdo con el consumo de quinoa:
Empanadas con quinoa(quinoa, zanahoria y morrón): C/u $7.-
Guiso vegán de quinoa ($60.-)
Brotes para consumir todas las propiedades de la quinoa elevadas al 200% (100grs de brotes germinados $25). Toda la quinoa que trabajamos es orgánica.
Aquí un poquito de información:
Tanto la quínoa como el amaranto, están considerados cereales sagrados
A partir de estudios y recomendaciones provenientes de Europa y Estados Unidos, comienza a revalorizarse entre nosotros la importancia de la quínoa y el amaranto en la alimentación. Sin embargo aún pocos conocen el gran valor nutricional de estos granos, que llegaron a ser sagrados para las civilizaciones inca y azteca.
La FAO (Naciones Unidas) declaró que “la quínoa posee el balance de proteínas y nutrientes más cercano al ideal de alimento para el ser humano”. Por su parte la NASA eligió a la quínoa como el alimento nutritivo por excelencia para los viajes espaciales, teniendo en cuenta que por sí sola puede proveer una dieta balanceada. Irónicamente son ahora europeos y estadounidenses quienes nos enseñan como consumir los granos bases de las civilizaciones madres latinoamericanas!!!
La quínoa (Chenopodium quínoa) y el amaranto (Amaranthus lividus) no son en realidad cereales, sino que pertenecen a otra rama botánica (quenopodiáceas) que incluye a verduras como la acelga y la espinaca. Sin embargo -y a pesar que sus hojas tiernas son también utilizadas en alimentación- son sus semillas las que despiertan gran interés nutricional a causa de estudios que demuestran el gran potencial proteico.
CARACTERISTICAS NUTRICIONALES
Quínoa y amaranto tienen una composición mucho más equilibrada que los cereales convencionales y sobre todo mayor cantidad y calidad de proteínas. Ambas semillas poseen similar composición, razón por la cual las consideramos en conjunto. Más allá de poseer un 18% de proteínas contra un 10-14% de los cereales convencionales, lo que importa es el valor biológico de estas proteínas. Este índice se define en base a la presencia de los distintos aminoácidos que permiten construir las proteínas, que luego son utilizadas por el organismo. El valor más alto (95) corresponde al huevo y significa que cada 100g de proteínas ingeridas, 95 son asimiladas.
Para la quínoa el índice es 75, considerado alto si lo comparamos con la carne (60), la leche (72), el trigo (60) y el maíz (44). La explicación de este elevado valor biológico tiene que ver con su equilibrada composición de aminoácidos esenciales. Los cereales clásicos tienen carencias de lisina, metionina y cisteína, punto fuerte de estos granos. Por ejemplo, la quínoa tiene 5 veces más lisina y más del doble de metionina que el trigo. Sus valores son muy parecidos a los de la leche; de allí su índice similar. Tanto la quínoa como el amaranto no tienen gluten, razón por la cual pueden ser consumidas por celíacos.
Esta calidad de aminoácidos favorece incluso el aprovechamiento proteico de los cereales convencionales cuando se consumen juntos. En su intuitiva sabiduría, es lo que hacían mayas y aztecas, combinando estos granos con maíz. La explicación de esta calidad proteica reside en la gran cantidad de germen que posee la semilla. En la quínoa el germen representa un 30% del peso total del grano, mientras que en cereales convencionales es apenas el 1%.
Pero no solo en proteínas son fuertes la quínoa y el amaranto. Son también pobres en grasas y más ricos en hierro, calcio, fósforo, fibra y vitamina E, con respecto a los cereales clásicos. También poseen apreciable cantidad de vitaminas del grupo B. Agregar un 30% de quínoa a una dieta totalmente carente de vitamina B, basta para garantizar un desarrollo orgánico normal. Quínoa y amaranto son pues alimentos adecuados para celíacos, diabéticos, regímenes hipocalóricos, niños, adolescentes, ancianos y convalecientes.
USOS Y APLICACIONES
Ambos granos son de cocción rápida y poseen un sabor suave y agradable, similar al mijo, aunque de textura más crocante. Como otros cereales, se benefician de un ligero tostado previo, pero en el caso del amaranto debemos ser cuidadosos. Este grano tiene un comportamiento similar al maíz pisingallo, es decir que explota y se convierte en grano inflado.
Asímismo se pueden germinar muy fácilmente, proceso que evita la cocción y la destrucción de nutrientes termosensibles (vitaminas, enzimas, etc).
La Catalina no trabaja con amaranto, dado el daño que produce en la tierra todo el proceso de cosecha. Sí estamos de acuerdo con el consumo de quinoa:
Empanadas con quinoa(quinoa, zanahoria y morrón): C/u $7.-
Guiso vegán de quinoa ($60.-)
Brotes para consumir todas las propiedades de la quinoa elevadas al 200% (100grs de brotes germinados $25). Toda la quinoa que trabajamos es orgánica.